Monitorización de la Cueva Garcés (Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido)

Es la primera vez que lo hacen en esa cueva y en esas condiciones y ya no podrán entrar en ella de nuevo hasta mediados de 2019. De haberse saturado por completo el sistema kárstico, los miembros del Grupo pamplonés de Espeleología Otxola podrían haber quedado atrapados. Contado así, parece una aventura cinematográfica, pero no. Hablamos de la Cuevas Garcés donde a finales del pasado mes de septiembre, un grupo de expertos en espeleobuceo se internaba en esta cavidad para, por primera vez, proceder a la toma de muestras de agua e instalar diferentes tipos de sensores, colaborando así en las investigaciones hidrogeológicas que el Instituto Geológico y Minero de España está desarrollando en el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido.

Porque uno de los objetivos del proyecto en que se enmarcan estas tareas consiste en evaluar el impacto de los usos turísticos sobre la calidad del agua en el entorno del Refugio de Goriz (Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido). Para ello se han instalado diversos sensores de presión (nivel), conductividad eléctrica y temperatura, y tomado muestras de agua en el interior de la Cueva Garcés gracias a la colaboración del Grupo de Espeleología Otxola.

La logística de las operaciones fue compleja, ya que como buena parte del sistema se encuentra saturado en agua, se tuvieron que transportar los equipos de espeleobuceo (trajes de neopreno, botellas de buceo…) hasta la entrada de la cueva, a unos 1900 metros de altitud, por encima de la conocida cascada de la “Cola de Caballo”.

Cabe destacar que los trabajos se realizaron en época de aguas bajas, en ausencia de tormentas y lluvias importantes durante las horas previas a la inmersión, dado que la naturaleza kárstica del terreno favorece el ascenso rápido del nivel del agua, con el riesgo que ello supone para los espeleólogos. La toma de estos datos durante los próximos años ayudará a conocer el funcionamiento hidrogeológico del sistema, así como evaluar el posible impacto turístico en la calidad del agua subterránea.

Esta actividad se enmarca dentro del proyecto europeo PIRAGUA (EFA 210/16) “Evaluación y prospectiva de los recursos hídricos de los Pirineos en un contexto de cambio climático, y medidas de adaptación con impacto en el territorio (2018-2020)” (www.opccctp.org/proyecto/piragua).

PIRAGUA aborda, mediante la cooperación transfronteriza, la evaluación del ciclo hidrológico de los Pirineos en el contexto del cambio climático, unificando y homogeneizando la información
existente, prospectando los escenarios futuros, desarrollando indicadores, y proponiendo estrategias de adaptación con impacto sobre el territorio, con el fin último de apoyar la inversión destinada a la adaptación al cambio climático con relación al recurso agua.

El proyecto ha sido cofinanciado al 65% por el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER) a través del Programa Interreg V-A España-Francia-Andorra (POCTEFA 2014-2020). El objetivo
del POCTEFA es reforzar la integración económica y social de la zona fronteriza España-Francia-Andorra. Su ayuda se concentra en el desarrollo de actividades económicas, sociales y medioambientales transfronterizas a través de estrategias conjuntas a favor del desarrollo territorial sostenible.

Más información.

Para ampliar la información pueden contactar con Javier Lambán, Javier.lamban@igme.es, científico del IGME.