Un equipo de investigadores de la Universidad de Sevilla y de Almería ha desarrollado un simulador de los daños que ocasionarían los movimientos sísmicos en los edificios de esas provincias. La iniciativa surge para evaluar qué modelo de expansión es más seguro para la población, y así reforzar las construcciones de cara a la creación de nuevos núcleos, y así, reducir riesgos. El proyecto se ha financiado con fondos propios del grupo de investigación en Geofísica Aplicada de la UAL y del equipo de Ordenación Litoral y Tecnologías de la Información Territorial de la US.

En el estudio, Future urban seismic risk scenarios using a cellular automata model, los expertos aplican al riesgo sísmico el modelo de autómatas celulares, además de analizar las circunstancias del crecimiento urbano, con el fin de elaborar políticas más acertadas en la gestión de suelo, ya que estos sistemas matemáticos simulan el desarrollo urbano y la distribución de los usos del suelo, con lo que son capaces de prever escenarios.

Los expertos han aplicado sus conocimientos en la localidad de Adra, en Almería, donde se han clasificado los edificios en cuatro grupos según la vulnerabilidad, desde estructuras de mampostería hasta de hormigón armado. En el caso de Adra, los edificios más antiguos, por lo que más vulnerables, se encuentran en la parte histórica de la ciudad, mientras que los más resistentes y nuevos son los de la periferia.

Una vez calculado el riesgo sísmico, señalaron dos escenarios futuros diferentes. El primero corresponde a una situación «negocio como siempre», es decir, lo que ocurriría si el desarrollo urbano continuase como en años anteriores, invirtiendo en renovación urbana frente a la expansión. Y un segundo escenario de «apoyo a la renovación», donde se da preferencia a la construcción de edificios nuevos frente a la renovación de los antiguos. El análisis concluye a favor se debe promover la renovación urbana para reducir las consecuencias de un terremoto.

Para el análisis, los expertos han utilizado una cuadrícula con celdas, donde cada una tiene un estado y un conjunto de reglas y  características que determinan la siguiente fase. La evolución de cada una depende del comportamiento de las demás. De esta forma, se puede simular la pauta de un edificio con una ubicación, estructura, materiales y habitantes concretos ante diferentes situaciones, considerando incluso la influencia que tendrían sobre él las demás construcciones del entorno.

El estudio, publicado en la revista European Planning Studies, trabaja con el diseño de una ciudad donde los procesos de expansión y renovación dependen de las interacciones de los componentes que afectan a la fragilidad de los edificios y la exposición de la población a lo largo del tiempo.